La existencia de las aguas termales y la proximidad de estas a la Vía Augusta son la clave para entender el surgimiento de una importante actividad balnearia en época romana en la villa de Caldes de Malavella.

El núcleo de población formado alrededor de los recintos termales recibió el nombre de Aquae Calidae («aguas calientes») y fue tan importante como para ser considerado, ya en el siglo d. C., un municipio de derecho latino. Además de los balnearios y de los servicios que estaban relacionados con él, la urbs romana de Caldes de Malavella disponía también de un centro administrativo, religioso, económico y comercial.

El núcleo urbano de Aquae Calidae, del cual se conservan algunas estructuras, se situaba entre el cerro de Sant Grau y el cerro de las Ànimes.